Nunca me imaginé que me iba a sentir tan incomprendida, sólo soy las siguientes líneas y todo lo veo desde el espejo retrovisor de ese viejo coche azul. Desgarraste mi corazón con tanta saña y ahora, estoy caminado por las paredes, estás bajo mi piel.
Nunca pensé que podría amar a alguien como vos, no nunca. Nunca pensé que me encargaría de curar todas tus heridas para que, cuando lograras juntar todas las piezas de mi rompecabezas, las desparramaras de nuevo, porque sólo querías tener la seguridad de que podrías armarme y desarmarme cuando quisieras, así lo hiciste y estoy perdida, repartida en mil pedazos dentro de éstas cuatro paredes.
Mi corazón late mejor solo, y si es que se rompió ¿por qué debería hacércelo saber? Este corazón ahora es una piedra. Si me estoy ahogando en un vaso de agua ¿por qué molestarme en nadar?
Así que tal vez debería establecerme, reconstruir todo mi mundo, olvidar cada una de tus mentiras sabor frutilla y limón. Sé que este juego no tenía reglas que quebrar y este vacío me provoca nauseas.
En la escuela nunca me enseñaron a tropezar y levantarme, nunca pensé que podría convertirme en tu rehén. Estoy perdiendo la calma a través del dolor, de alguna manera busqué que te detengas.
En todo este tiempo, no me dejaste entrar, fue una mentira, vos solo me estabas dejando ganar y todos los días me veías reír, confiada... Estaba en la cima de un pedestal y sólo me dejaste caer, en un par de días admiraste ese intento de vuelo precipitado, no pude abrir mis alas y me hundí, en un profundo mar negro y no es mi intención quedar atrapada en el.
Estoy lista para fingir otra victoria, pero dejame quebrarme en paz.
Hice una elección, traté de volverme invisible, pero vos te aseguraste de que encajáramos a la perfección. Estabas cansado de sentirte miserable, oculto en tus temores, peleando contra tus inseguridades, haciéndole frente a tu misma sangre, sacrificando lazos de amistad... No podemos empezar desde cero, nadie te atacaría si caminaras a mi lado, pero tenías que adelantarte siempre dos pasos más y pensar por mi.
Siento que mis manos ya no funcionan, tengo contacto con tu piel en la oscuridad, pero ya no se siente bien. Estoy acá para sanar esa herida que abriste con los dientes, no es mi intención quedar atrapada entre tus besos. Tus promesas fueron tan frágiles como las hojas del otoño y con el primer viento desaparecieron.