domingo, 15 de diciembre de 2013

Frutilla y limón

Nunca me imaginé que me iba a sentir tan incomprendida, sólo soy las siguientes líneas y todo lo veo desde el espejo retrovisor de ese viejo coche azul. Desgarraste mi corazón con tanta saña y ahora, estoy caminado por las paredes, estás bajo mi piel.

Nunca pensé que podría amar a alguien como vos, no nunca. Nunca pensé que me encargaría de curar todas tus heridas para que, cuando lograras juntar todas las piezas de mi rompecabezas, las desparramaras de nuevo, porque sólo querías tener la seguridad de que podrías armarme y desarmarme cuando quisieras, así lo hiciste y estoy perdida, repartida en mil pedazos dentro de éstas cuatro paredes.

Mi corazón late mejor solo, y si es que se rompió ¿por qué debería hacércelo saber? Este corazón ahora es una piedra. Si me estoy ahogando en un vaso de agua ¿por qué molestarme en nadar? 

Así que tal vez debería establecerme, reconstruir todo mi mundo, olvidar cada una de tus mentiras sabor frutilla y limón. Sé que este juego no tenía reglas que quebrar y este vacío me provoca nauseas. 

En la escuela nunca me enseñaron a tropezar y levantarme, nunca pensé que podría convertirme en tu rehén. Estoy perdiendo la calma a través del dolor, de alguna manera busqué que te detengas.

En todo este tiempo, no me dejaste entrar, fue una mentira, vos solo me estabas dejando ganar y todos los días me veías reír, confiada... Estaba en la cima de un pedestal y sólo me dejaste caer, en un par de días admiraste ese intento de vuelo precipitado, no pude abrir mis alas y me hundí, en un profundo mar negro y no es mi intención quedar atrapada en el.

Estoy lista para fingir otra victoria, pero dejame quebrarme en paz.

Hice una elección, traté de volverme invisible, pero vos te aseguraste de que encajáramos a la perfección. Estabas cansado de sentirte miserable, oculto en tus temores, peleando contra tus inseguridades, haciéndole frente a tu misma sangre, sacrificando lazos de amistad... No podemos empezar desde cero, nadie te atacaría si caminaras a mi lado, pero tenías que adelantarte siempre dos pasos más y pensar por mi.

Siento que mis manos ya no funcionan, tengo contacto con tu piel en la oscuridad, pero ya no se siente bien. Estoy acá para sanar esa herida que abriste con los dientes, no es mi intención quedar atrapada entre tus besos. Tus promesas fueron tan frágiles como las hojas del otoño y con el primer viento desaparecieron.

Solo tenías que escuchar lo que tenía para decirte.




lunes, 23 de septiembre de 2013

Armonía, pasión y sueños

Llega la primavera y con ella el invierno se desvanece, los grandes follajes dan lugar a pequeñas flores de colores, frutos de estación y temperaturas que oscilan constantemente.
Abro mis cajones, con la esperanza de poder reacomodar mis cosas y esta acción deja caer una bolsa de papel madera, la abro con delicadeza, ahí guardaba tarjetas de cumpleaños pasados, una carta de un viejo amor, una hoja en blanco con una pequeña inscripción en ella, una flor seca, estampillas, fotos y un sin fin de memorias. Sólo somos una caja de recuerdos y esa es la manera en que el presente se torna paulatinamente en historia, una historia que puede ser contada con objetos de escaso valor, pero desmedido simbolismo.
Me senté un momento sobre la alfombra de seda india, reía a carcajadas con algunos hallazgos, me emocionaba con otros; me encontraba resguardada dentro de una de las habitaciones de mi hogar. Hogar es solo una palabra, sin un momento o lugar.
Luego de este episodio me dispuse a colocar todo en una nueva armonía, pero antes tomé algunos libros de mi biblioteca y los desparramé sobre la alfombra. Los observé. Cada uno de ellos representaba una noche de desvelo, una historia ajena, un suspiro robado o una opinión escrita.
El ocaso marcaba como el tiempo se filtraba por mis dedos, entonces, un manto oscuro apareció.
Esa noche no sólo escribí una confesión, sino también, la compartí con aquella persona que debía saber acerca de lo que me sucedía con él.
Dentro y fuera del amor, noches blancas bajo mi almohada.
Me cobijaba con la soledad que había creado en los últimos días.
Sabía que sus preocupaciones se escaparían a través de la puerta... 
¿Me despertaría sola en el piso al culminar la noche? No era demasiado tarde para que confíe en mi, los meses van pasando, la gente desaparece y va dejando un hueco en aquellas fotografías que conservamos frescas en nuestra mente. Me sentía viva por dentro y ese, era un sentimiento que no había sentido en el último mes.

Las manecillas de reloj retumbaban en mi cabeza, segundo a segundo. Cerré los ojos.

Es difícil hacer un cambio, dentro del marco de todas las mentiras que dijimos o las verdades que ocultamos por miedo a dañar a otros, sin embargo, expresar por una vez lo que estaba sintiendo en voz alta junto a la persona indicada me dejaba dormir en paz.

Abrí los ojos. Respirar es tan fácil.

Planeábamos nuestra propia fuga juntos, dejaríamos las decepciones y el dolor atrás, porque supongo que todos alguna vez soñamos con ese «todo puede pasar si tan sólo lo intentamos con ganas»
Recordábamos cuando el mundo nos parecía tan chico para sentir que podíamos surcar los mares sobre una cáscara de nuez. Ignoramos las sonrisas cínicas.

Nos mirábamos, nos acercábamos cada vez mas, mis dedos estaban presionando con firmeza su espalda, las líneas de sus labios de fundían perfectamente con su piel. Podía sentir como se agitaba su respiración...

Desperté.







lunes, 9 de septiembre de 2013

50 cosas que no sabías sobre mi

1) Tengo cinco mejores amigas, y sólo un mejor amigo.

2) Nunca salgo sin auriculares.

3) Me encantan los labiales y los esmaltes de uñas.

4) No sé bailar, pero me gusta.

5) Amo mi pelo, pero no tolero cuidarlo.

6) Guardo algo desde los siete años en una pequeña caja de madera.

7) Tengo un baúl lleno de recuerdos, de vez en cuando tiro cosas que no quiero recordar.

8) No soy fan de las fotos de los lugares que visito, porque considero que la memoria es mil veces mejor que cualquier fotografía.

9) Es muy raro que acepte sacarme una foto, porque tengo un trauma con mis cejas.

10) Cuando estoy sola me siento en el sillón y escucho música, dibujo, escribo o canto.

11) Soy alérgica al polvo, a ciertos desodorantes de ambiente, desinfectantes y  a muchas cosas más.

12) Tengo muchos videos random que nunca voy a subir a ningún lado.

13) Mi primer beso fue a los 6 años, fue algo tan vergonzoso que me cuesta recordarlo y no reír en el intento.

14) No uso accesorios, pero tengo un cajón lleno de ellos.

15) Colecciono estampillas y monedas, tengo una colección enorme de numismática junto a mi madre.

16) Mi madre es mi ídola y mi abuelo fue la mejor persona que conocí sobre la tierra. Amo a toda mi familia.

17) Amo los viajes en auto, el único problema es que mientras esté viajando, aunque no maneje... No duermo.

18) Solía guardar entradas de los eventos a los que iba (cine, teatro, fiestas, discos, etcétera)

19) Semanas antes de cumplir veintiún años choqué con mis amigos y aunque no nos pasó nada, estábamos muy asustados.

20) No sé ahorrar, no puedo hacerlo.

21) Suelo tomar fotos a contraluz.

22) Mi gata fue el animal mas especial que tuve en toda la vida. Actualmente tengo tres gatos y dos perros.

23) Soy muy sarcástica, no es que soy mala onda, pero me gusta el sarcasmo, tengo humor sarcástico.

24) Disfruto de tomar té helado.

25) Tengo un toc muy malo para mi piel, me toco la cara todo el tiempo.

26) Amo ver películas de terror, pero rara vez me animo a ver alguna completamente sola.

27) Me gustan los perfumes con olor a vainilla o caramelo.

28) La estación del año que odio es el verano.

29) Amo la noche, porque es muy divertida y en verano no hace tanto calor.

30) Tengo una marca de nacimiento en el tobillo derecho y por eso le tengo miedo a los vestidos cortos.

31) Me encanta cocinar.

32) Me encanta el jugo de pomelo rosado recién exprimido.

33) Me gusta bañarme con agua fría, aunque sea invierno.

34) Cada uno de mis tatuajes tiene un significado muy personal.

35) Me cuesta llorar, trato de no hacerlo porque siento que es signo de debilidad.

36) Le tengo fobia a las mariposas y a todos los bichos.

37) Duermo en diagonal.

38) Me comprometí 5 veces, con anillos.

39) Gané un par de competencias literarias.

40) No me vas a creer, pero soy muy tímida y antisocial, me cuesta mucho sentirme cómoda con gente que no conozco.

41) Me encantan los hombres con ojos claros.

42) Hay días en los que me siento muy, muy feliz y no sé por qué.

43) Lo que más me molesta es una persona con mal aliento.

44) Soy muy impulsiva, hice muchas cosas por impulso, pero no suelo arrepentirme, sino que me río.

45) Me encanta el olor a pasto mojado.

46) Cuesta mucho que me enoje, pero si lo lográs mi orgullo no me permite que te vuelva a hablar.

47) Soy cristiana ortodoxa rusa y sí, soy religiosa.

48) Me aburren las películas románticas, las evito.

49) Soy compradora compulsiva.

50) No me gusta compartir, lo trato de mejorar, lo juro, pero me cuesta mucho.


viernes, 19 de julio de 2013

Todos tenemos la capacidad de brillar.

Cada uno de nosotros, tiene en su interior un poco de luz. Desde el momento en que entramos en este mundo, esa pequeña llama está protegida por los que nos rodean, hasta que se nos enseña a cuidar de nosotros mismos. Nuestros padres suelen ser los primeros en poner sus manos alrededor de nuestra pequeña llama, protegiendo nuestra luz para que no se apague. Entonces nuestros curiosos parientes se sienten atraídos por nuestra luz, y son capaces de sentir el calor incondicional que parece existir desde el primer momento en que entramos en el mundo. Empezamos a crecer. Estamos rodeados de personas influyentes, como los amigos, los profesores y compañeros, que nos ayudan a reconocer la pequeña flama dentro de nosotros. A través de estas personas, aprendemos a poner nuestras manos tentativamente alrededor de nuestro fuego y sentir la paliza de viento contra la parte posterior de las manos que luchan para apagar incendios cada vez mayores.

A medida de que envejecemos, nos rodeamos de gente en la que podemos confiar y mantenemos sus manos tibias. Creamos una pared irrompible, invisible alrededor de la luz y somos capaces de verla crecer. Como nos encontramos con otras personas, nuestras llamas se unen, cada vez más y más.
 
Pero quiero recordarles, que siempre habrá gente de pié a un lado, batiendo palmas con cierto sarcasmo, intentando apagar nuestra luz.
Aunque técnicamente soy, todavía una persona joven, para llegar a los veintitrés años, me tropecé con mucha gente negativa... Tóxica.

Me encontré con gente que simplemente me dejó vulnerable, sin entender el por qué de sus acciones. No supe entender ese nivel de negatividad, de maldad. Derramé varias lágrimas tibias y nocturnas, sobre las personas que intentaron acabar conmigo, y con toda honestidad, un par de personas casi lo lograron.

Por eso, nunca dejen que esta gente apague la luz que llevamos en nuestro interior. Aunque muchas de estas personas ignoran cuánto apoyo han necesitado en los últimos años... La mayoría de las veces, estas personas que vienen a través de, no sé, lo lejos que llegamos. Ellos no entienden lo difícil que fue asegurarse de que esa luz permanezca brillante. Ellos nunca, nunca comprenderán el tiempo que nos tomó reconocer que una luz brillaba dentro de nosotros. Sé que es difícil entender por qué la gente quiere evitar que brillemos, porque nos parece tan estúpido, un acto tan cobarde, cuando luchaste tanto tiempo por mantener esa llama ardiendo...

Pero no, nunca lo van a entender. Porque esas personas son demasiado insensibles y egoístas, como para tomarse el tiempo de conocerte a vos... Y a la lucha que tuviste. Ellos nunca entenderán la calidez de tu luz interior. Y van a gastar la totalidad de sus vidas para querer brillar en la misma forma en que lo hacés vos, en lugar de tomar el tiempo para encontrar una forma de brillar por ellos mismos.

Así que, no importa cuántas personas traten de impedir que compartas tu luz con el mundo. Todos tenemos la capacidad de brillar. También, todos tenemos la capacidad de dar un paso atrás y unirnos a los que optan por hacer caso omiso a su luz.

Pero yo sé que vos, vas a hacer grandes cosas.
Vas a ser valiente.
Y siempre, siempre te vas a elevar por encima de cualquier persona que quiera bajarte.

Tenés un tarea, brillar.


miércoles, 3 de julio de 2013

Que la vida nos despeine.

A veces las cosas llegan por coincidencia, llegan cuando tienen que llegar...
Muchas veces en la vida nos topamos con cosas que nos hacen cambiar de parecer.
Esta semana aprendí que hay que dejar que la vida te despeine, por eso decidí disfrutar de la misma con mayor intensidad...

El mundo esta loco, el sol que ilumina nuestro rostro, arruga y lo realmente bueno de esta vida, despeina... Hacer el amor, despeina; reírte a carcajadas, despeina ; viajar, correr, meterte al mar: despeina; sacarte la ropa, despeina; besar a la persona  que amás, despeina; jugar, despeina; cantar hasta que te quedes sin aire, despeina; bailar hasta que dudes si fue buena idea de ponerte esos tacos de doce cm esa noche te deja el pelo irreconocible, así que, puede ser que alguna de las veces que nos crucemos esté despeinada, sin embargo, no tengas duda de que voy a estar pasando por el mejor momento de mi vida.

Es ley, siempre va a estar mas despeinada la mujer que elija ir en el primer carrito de la montaña rusa,  que la que elija no subirse. 

Puede ser que me sienta tentada a ser una mujer impecable, los avisos clasificados de este mundo exigen buena presencia, peinate, ponete, sacate, comparte, adelgazá, comé sano, caminá derecha, ponete seria,  y quizás debería seguir las instrucciones pero, ¿Cuándo me van a dar la orden de ser feliz?, ¿Acaso no se dan cuenta que para estar linda, debo sentirme linda? La persona más linda que puedo ser.

Lo único que realmente importa, es que al mirarme al espejo vea a la mujer que debo ser...

Mi recomendación para todas las mujeres, entregate, comé rico, besá, abrazá, hacé el amor, bailá, enamorate, relajate,  viajá,  saltá,  acostate tarde, levantate temprano, corré, cantá, ponete linda, ponete  cómoda, mirá el paisaje, disfrutá  y sobre todo: dejá que la vida te despeine, lo peor que puede pasar es que sonriendo frente al espejo, tengas que volver a peinarte.




miércoles, 5 de junio de 2013

Retrospectiva.

La persona en la que nos transformamos con el tiempo, a menudo es alguien totalmente diferente a la persona que habíamos construido cuidadosa e ingenuamente en nuestras mentes, por lo general, en nuestra primer década de vida.
Cuando era chica, quería ser contadora.
Pasé por una etapa en la que pretendía llevar la contabilidad de mi familia y no veía confiable otra fuente que no fuera yo. Esperaba ansiosamente al cartero, para tomar las facturas a pagar y hacer las cuentas. Era muy buena en matemática. Mi madre no me decía nada, la notaba sorprendida cuando no encontraba error alguno en mis cálculos. Recuerdo que me decía algo así.

¡Muy bien! ¿Cómo lo haces? ¿Usas la calculadora?
¿No? Te veo un gran futuro en lo que quieras ser.
Cualquier cosa es posible para vos.

Me enojaba, cualquier cosa me resultaba amplio y yo no soñaba con ser otra cosa.
Sin embargo, paulatinamente fui aceptando que una carrera como contadora sería una inmensa decepción, sobre todo si mis cálculos serían reemplazados por una calculadora o algún programa de computadora.
Realmente no había captado la logica real de un contador, pero quería serlo.

Mirando hacia atrás, debo admitir, mi dedicación a la matemática fue muy útil para lo que devino luego. Sin embargo, la experiencia también contribuyó a la percepción de como mantener un equilibrio económico en lo que sería mi futuro hogar.

De todas formas, acá estoy, unos catorce años más tarde, en medio de un futuro que, alguna vez había considerado como algo casi inalcanzable. Siempre parecía tan lejano.
Pero acá está. Ahora es el momento.
A pesar de que mi corta carrera vivida como contadora fue bastante exitosa, afortunadamente tuve la fuerza suficiente como para superar esa decepción y estudiar con gente maravillosa, en algunos lugares increíbles, haciendo cosas asombrosas. El punto que estoy tratando de expresar es el siguiente: si bien es posible que actualmente no seamos todo lo que alguna vez pensamos que seríamos, esto no quiere decir que estamos inhabilitados para alcanzar el éxito. Claro, mi madre estaba contenta con mis impulsos y mientras tanto, estaba a mi lado todo el tiempo que podía, apoyándome, mientras yo perseguía mis sueños, pero nunca me facilitó el camino, quería a toda costa que sea fuerte y capaz de enfrentar el mundo cara a cara.

Cuando salí de la secundaria, ya había estudiado programación, pero no, no quería programar, quería ser ingeniera industrial, fue en esta instancia de mi vida en donde mis impulsos matemáticos me ayudaron a transitar algunos años de esta carrera con tranquilidad, pero a los veintidós años pensé en hacer algo que me llenara por completo, no podía estudiar algo por facilidad, pero no podía estudiar arte o letras, no lo intuía bien; entonces, decidí estudiar edición editorial, dos cuatrimestres más tarde me di cuenta de que podía estudiar diseño gráfico también y así, combinar mi pasión por leer y escribir, junto a la sensación de paz que me generan dibujar y crear. Hoy, con veintitrés años, comprendo que cada una de las cosas que hice tuvo un por qué y eso me ayudó a comprender mucho más la clase de persona polifacética que soy.

La vida es sorprendente. Nunca sabemos cómo va a resultar.
Sólo podemos pensar en que vamos a ser algo, si confiamos en nosotros mismos y en los que nos rodean.
Cada día es una nueva oportunidad para alcanzar nuestras metas. Y está bien si cambian. Lo sueños,  siempre cambian. Eso es lo que nos hace crecer.
Eso es lo que nos desafía a esforzarnos más.
Mientras que una carrera como un contadora habría sido lo suficientemente estimulante, estoy casi segura de que el camino que abordé ahora es mejor.
Así que confiá en tu intuición, esa misma te va a conducir por el camino correcto, o al menos por aquel que más disfrutes. No te condenes a una vida aburrida.

A veces, no creo en mis propias habilidades y me asusto a mí misma con la inmensidad de mis propias ambiciones. A menudo siento como si me estuviera balanceando en el aire, a punto de caer en algo que no va a terminar como lo deseo; pero eso es lo divertido de todo esto.
Tenes que confiar en que estás lo suficientemente apasionado por eso en lo que te estás esforzando, entonces, de alguna manera, todo va a caer en su lugar.

Todos somos sólo hijos, con la esperanza de hacer una diferencia, de ser recordados y de cumplir nuestros sueños.
Si podemos mantener nuestro sentido de invencibilidad, con la misma sensación que cada chico parece tener cuando grita emocionado que quiere ser un astronauta, o una bailarina  o en mi caso, una contadora, entonces, eventualmente el tiempo logrará que nuestros sueños se hagan realidad.
Todo es cuestión de confiar en nosotros mismos, con la esperanza de que después de toda nuestra espera y esfuerzo, un día, vamos a obtener algo a cambio.





martes, 28 de mayo de 2013

Honestidad.

Creo que no hay nada más revelador que ver involuntariamente nuestro reflejo en un espejo.
Es un momento de inconsciencia completa, el rostro humano puede ser una cosa muy reveladora. No importa cuanto nos esforcemos para retratarnos a nosotros mismos, nuestro cuerpo no puede mentir.
Entonces, la confianza en nuestro cuerpo tiene que ser instintiva, ya que transmitimos emociones y nos permitimos sentir.

Pensándolo bien, me di cuenta de que las palabras son increíblemente superficiales, en comparación con la capacidad del cuerpo para comunicar un mensaje particular.


Cuando me encontré por casualidad con el reflejo de mi propia mirada, me encontré con una joven cuya sonrisa ahora tocó las comisuras de sus ojos. Cuando sonrío, las esquinas exteriores se arrugan con autenticidad. Sin saberlo, estaba revelando algo completamente interno de manera externa.



En ese instante, me enteré de que si realmente queremos saber quién es la persona que nos importa, no nos sumergirnos en todo lo que dice; porque muy a menudo, calculamos cuidadosamente la forma en que queremos expresarnos. Acá estamos, culpando a los demás por ser difíciles de leer, pero somos nosotros, que simplemente no estamos leyendo de cerca o lo que cuenta de verdad.

En ese instante, vi en la cara de mi verdadero yo. Vi a mi experiencia de vida, vi a la gente que amo, que amé y que voy a seguir amando. Vi los lugares a los que quiero ir, en donde estuve y a los que nunca voy a ir. Vi las cosas que quiero lograr, las cosas que tengo que hacer. Vi mi propio sentido del humor, mis inseguridades, mi forma de sentir y mi nostalgia.

Vi a la persona física que soy, independientemente del hecho de que verbalmente me había convencido de que todavía estoy aprendiendo quién es esa persona...



Eso era incoherente.



Sabemos exactamente lo que somos. Es que estamos increíblemente asustados de quién podríamos ser, que evitamos la captura de nuestra verdadera persona, vernos a nosotros mismos de una manera brillante y terriblemente cruda, nos aterra.

Sabemos lo que somos, en el fondo. Siempre lo supimos. Y siempre lo sabremos.

En ese instante, me vi sonreír, y sabía lo que tenía que hacer con mi vida. Sabía por qué estaba acá, sabía cual era mi propósito.

Sabía que era lo que realmente importaba en mi vida...


Sé quién soy, para bien o para mal.

lo largo de mi vida, una gran cantidad de personas se agotaron tratando de averiguar quién soy. Tuve profesores, familiares, desconocidos que por igual me miraron con curiosidad, tratando desesperadamente de averiguar o categorizar la persona que soy. Así somos los humanos. Estamos tan concentrados en ser correctos y seguros, que estamos constantemente tratando de colocar a las personas en diferentes categorías con el fin de ayudar mejor a entender a la persona que son.
Pero, nos pasamos mucho menos tiempo sobre-analizando a una persona, en lugar de invertir el tiempo en tan sólo permitir que esta persona revele honestamente su verdadero yo a través de sus instintos físicos... Y a veces, no llegamos a dar con quienes son.

Si te permitís confiar en tus instintos y los de los demás, te vas a sorprender de lo mucho que revelan.
Y, por último, si aplicás esta noción a tu propio ser, también vas a observar las esquinas de tus ojos arrugándose de una manera inédita.

Y en ese momento, también, podes darte cuenta de lo bien que siempre conociste a la persona que sos ahora, y que siempre serás.